Abrió la puerta y sólo
pudo ver en la oscuridad una silueta en el pasillo, un oscuro bulto
de un metro de alto, erguido y sobre la superficie de un charco de agua. La luz de la luna penetraba por la ventana, provocando la sombra petrificada en el suelo de aquel extraño ser, dejando una estampa aterradora.