lunes, 8 de junio de 2015

Peleas

Hay peleas. Peleas de todo tipo y con diferentes enfoques. Peleas que son fugaces, peleas que son eternas, peleas absurdas, grandes peleas, e incluso peleas contra uno mismo. 

Del genero gracioso, como la de cada mañana intentando arañar minutos al despertador, la pelea contra ese pelo revoltoso en el cogote y la de esa cremallera que no sube. 

Esta la pelea normal, la súper pelea y su hermana pequeña, la peleílla. 


También están las peleas de enamorados, de esas que deseas que termine entre sabanas, besos y abrazos. 

Las peleas que hacen mas daño por dentro que por fuera. Las peleas del puño y la cara, odiadas haya donde estén. 

Las peleas contra el sistema y las manos que abusan de su poder y extorsión. 

Hay también peleas históricas, encuadras en un ring, e iniciadas por el "ding" de una campana. 

Dentro del enfoque que pueda tener cada una de ellas, debemos intentar evitarlas, a no ser que su causa sea mayor  que su efecto. De un modo u otro, todas acaban dejando huella. 










1 comentario:

  1. Sin olvidar el origen de las peleas... siempre hay un agresor y/o alguien que se siente agredido (aunque haya sido involuntario). Me gustaría leer una reflexión sobre eso ;-)

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